miércoles, marzo 24, 2010

Canciones del Placard*

DÍA DE LA MEMORIA

Érase una vez el otoño en la casa de Roque Perez.
Con Martita en batón, escuchábamos a Larrea y a dos cotorras que le hacían de locutoras.
Y una tarde, después de dos o tres aviones, sonó un freak le boom boom. El llanto de Martita me hizo afinar la nariz. Algo de lo que pasaba olía feo.
Esto pasó ayer nomás.
El Proceso lo viví en el colegio católico del barrio y en el placard blanco de la pieza. Y no por temor, sino por mi raro gusto pasado a los encierros.
No sabía realmente qué pasaba.
Apenitas me animaba a adolecer y el cielo de los tupamaros no me sonaba a nada.
Pero en el placard todo era seguro siempre, todas las noche seguras siempre, eternamente viernes 3am.
Inseguridad era la calle y quizá por eso me metí muy adentro. Sin embargo nunca me faltó una bicicleta blanca que sólo funcionaba en el placard. Fuera de ahí no sabía andar en bici. Y cada vez que me subía ese chico de segundo, Rubén Martín P.F. me hacía flipar. Me decía me gusta ese tajo y yo ruborizaba a ese mundo sordo de ropas y perfumes baratos.
El violín de Becho sonaba a la hora del desayuno pero yo no oía más que a Juana Azurduy. Quizá porque me mataba que una mujer fuera tan grossa, tan distinta a mí, tan lejana de las madres cansadas que me educaban y frustraban día a día.
Las pocas veces que salía del placard iba a la casa de Silvia, o Pachi ó Hernán. Había pequeños ensayos desastrosos de amor que no llegaban a más que kiss, kiss, kiss. Yo los miraba de lejos porque el montón de besos no nadaban en mi boca. Yo decía que no quería.Nada enciende mi fuego, me decía –negadora- con el matafuegos en la mano achicharrando de una las chispas.
Y volvía al placard, ponía distancia, lejanía, ponía otro ladrillo en la pared. Ahí adentro la radio funcionó siempre sin interferencias y se me hizo carne. Tanto que hoy sin ella soy renga.
Las tías cocinaban zapallitos rellenos y ese aroma me hacía salir del encierro blanco. No de cocaína, claro está. Sino blanco de puerta chica y de canción de amor para francisca.
Pasaron años y no sé exactamente cómo y cuándo dejé el placard.
Me metí en la vida que es un placard un poco más grande, a veces luz, a veces sombra.
Y es muy posible que el terror de aquella época se haya amortiguado por mi ignorancia, por mi adolescencia de estreno y sobre todo por mi mundo de radio y canciones.
Por eso acá las traigo, las agradezco y las recato de mi memoria.

* Todos los temas linkeados fueron censurados durante el proceso

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2 Comments:

Blogger Bombón Asesino said...

que buen trabajo cocinera!!! cuantas canciones beshas!!!!

marzo 25, 2010  
Blogger Liliana said...

muy bueno tu ejercicio de la memoria.

abril 01, 2010  

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