Reglas para ser Feliz
Él se cansó de levantar muros,
se desatornilló la rutina,
se puso alcanfor en los sobacos
y dejó de sufrir por el sueño que nunca soñó.
Dinamitó los puentes truncos hacia amores vacíos.
Creyó en algún dios que ofrecía eternidad
y se pintó un tercer ojo para que él lo pueda ubicar lo más rápido posible.
Se quitó de a poquito el conocimiento que entorpece
y pasó de maestro a aprendiz de tonto.
Se puso lentes con altísima graduación
para no ver más su egocéntrico ser.
Mutiló libros. Les quitó la tinta viva dejando sólo dibujitos pre escolares.
Se quitó esa manía correctora
y dejó que la realidad lo distorsione todo todas las veces que quisiera.
Puso su cabecita a lavar y después puso los sesos al sol.
Olvidó qué es ser un inquisidor.
Empezó de cero como recién nacido.
Y ahí anda ahora por la vida.
Sin escudos, sin palabras, sin cargarlo todo.
Salvo la nada imprescindible para ser instantáneamente feliz.
se desatornilló la rutina,
se puso alcanfor en los sobacos
y dejó de sufrir por el sueño que nunca soñó.
Dinamitó los puentes truncos hacia amores vacíos.
Creyó en algún dios que ofrecía eternidad
y se pintó un tercer ojo para que él lo pueda ubicar lo más rápido posible.
Se quitó de a poquito el conocimiento que entorpece
y pasó de maestro a aprendiz de tonto.
Se puso lentes con altísima graduación
para no ver más su egocéntrico ser.
Mutiló libros. Les quitó la tinta viva dejando sólo dibujitos pre escolares.
Se quitó esa manía correctora
y dejó que la realidad lo distorsione todo todas las veces que quisiera.
Puso su cabecita a lavar y después puso los sesos al sol.
Olvidó qué es ser un inquisidor.
Empezó de cero como recién nacido.
Y ahí anda ahora por la vida.
Sin escudos, sin palabras, sin cargarlo todo.
Salvo la nada imprescindible para ser instantáneamente feliz.
Etiquetas: desde mi cocina
2 Comments:
Me siento (casi) identificado.
Casi que no puedo con mi asombro.
No sé para qué carajos escribo esto, en realidad.
En fin.
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