Nadie sabe
Me preguntaste de dónde salió esa monería.
Te dije de mi pasado darwiniano.
Me inventaste unos lunares de mentiras
y te eclipsaste sin darme ni la mano.
Me asombré por las grandes coincidencias
del tamaño homeopático de un grano.
Obsesiva fui de noche, fui de día
a buscarte hasta las puertas de los baños
y escondí mi corazón en laberintos
de espejos rotos y encima esmerilados.
Me aburrí de flotar a la deriva.
Te aburriste de mí, de mis reclamos.
Me cansé, te cansaste y nos fuimos
a olvidarnos de nosotros por un rato.
Y volvimos porque sí, porque quisimos
para siempre,
por segundos ó por años.
Nadie sabe cuánto tiempo más tenemos,
nadie sabe si venimos o si vamos.
Te dije de mi pasado darwiniano.
Me inventaste unos lunares de mentiras
y te eclipsaste sin darme ni la mano.
Me asombré por las grandes coincidencias
del tamaño homeopático de un grano.
Obsesiva fui de noche, fui de día
a buscarte hasta las puertas de los baños
y escondí mi corazón en laberintos
de espejos rotos y encima esmerilados.
Me aburrí de flotar a la deriva.
Te aburriste de mí, de mis reclamos.
Me cansé, te cansaste y nos fuimos
a olvidarnos de nosotros por un rato.
Y volvimos porque sí, porque quisimos
para siempre,
por segundos ó por años.
Nadie sabe cuánto tiempo más tenemos,
nadie sabe si venimos o si vamos.
Ahora hay lo que tenemos, sin apuros.
Hacemos esto día a día, paso a paso.
Etiquetas: desde mi cocina
1 Comments:
Parece que sabés qué cuerdas mías pulsar, y yo que creía que eran secretas.
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