R2D2
El banco de cemento portaba el emblemático AC/DC.
La luna miraba a punto de parir entre los árboles del boulevard.
Nosotros éramos dos, sentados en lo gris, hablando de nada,
capaz de alguna secuencia de Star Wars
porque se mencionaba a R2D2,
incluso, parece, que estaba por ahí el robotito.
Y en ese miércoles nocturno
oímos vecinos de fiesta,
mirábamos panzas de a pares con apuro de microcentro
y perros ofrendando meos a tilos durmientes.
El mundo, de golpe y porrazo se quedó sin giros
y empezó a moverse el parque,
el boulevard, la calle... nosotros no.
Y vimos pasar jugadores de hockey sobre patines,
trajes blancos con timbos al tono,
chicos vestidos de ballena cabeceando hojas.
Te das cuenta? Me dijiste.
El mundo se quedaría sin guerras.
Yo apenas podía sonreír y seguir la odisea de la hormiguita.
Vos sufriste con ella
igual que un padre que mira de arriba a su hijo perdido
y la bajaste a un entorno seguro,
a un contexto natural de hormiga,
al piso, al pasto, al suelo de parque.
Y hubo un hecho puntual que dictaminó que ya era hora de volver.
Entramos buceando a casa y armamos un fuego mudo.
A la vera del fogón no me dejabas ni crepitar.
Lo que pasó después no lo cuento
porque las palabras se quedan enanas,
reducen todo como jíbaros.
La luna miraba a punto de parir entre los árboles del boulevard.
Nosotros éramos dos, sentados en lo gris, hablando de nada,
capaz de alguna secuencia de Star Wars
porque se mencionaba a R2D2,
incluso, parece, que estaba por ahí el robotito.
Y en ese miércoles nocturno
oímos vecinos de fiesta,
mirábamos panzas de a pares con apuro de microcentro
y perros ofrendando meos a tilos durmientes.
El mundo, de golpe y porrazo se quedó sin giros
y empezó a moverse el parque,
el boulevard, la calle... nosotros no.
Y vimos pasar jugadores de hockey sobre patines,
trajes blancos con timbos al tono,
chicos vestidos de ballena cabeceando hojas.
Te das cuenta? Me dijiste.
El mundo se quedaría sin guerras.
Yo apenas podía sonreír y seguir la odisea de la hormiguita.
Vos sufriste con ella
igual que un padre que mira de arriba a su hijo perdido
y la bajaste a un entorno seguro,
a un contexto natural de hormiga,
al piso, al pasto, al suelo de parque.
Y hubo un hecho puntual que dictaminó que ya era hora de volver.
Entramos buceando a casa y armamos un fuego mudo.
A la vera del fogón no me dejabas ni crepitar.
Lo que pasó después no lo cuento
porque las palabras se quedan enanas,
reducen todo como jíbaros.
Y la verdad es que ya dije demasiado.
Etiquetas: cocina THC, cocinando para dos
11 Comments:
uno se imagina todo lo que sucede, aunque se preserva la intimidad del espacio y del momento. me encantó
y la verdad es que ya dije demasiado..
pero agrego excelente, morgui!
el mundo se quedó sin giros!!!
jaja, genial. Y qué paz, o qué vértigo.
El Jesús del Pozo era Duende, hasta ahí llegaron mis averiguaciones, saludos
R2D2, AC/DC, chicos vestidos de ballena, un señor vestido todo de blanco, jugadores de hockey sobre patines?
Qué imaginación, señora.
Lamento no haber estado ahí.
Saludos cordiales
A.
Que lindoooooo!!!
SIEMPRE QUE SE DICE DEAMSIADO EN REALIDAD NO SE DICE NADA....
NO EXCLUYA LOS DETALLES SOTRETA...
Morgana no creas que no. Paso siempre por acá. Pero tus escritos tienen la extrañeza de dejarme sin palabras
Pero quería aclararte que es imposibilidad propia: la belleza y complejidad de tus textos son soberbios
Ay, cetrespeo, cetrespeo...
un gran abrazo para vos, Morgana, y el deseo de un feliz 2008. Y, también, que haya más blogs como este: un lugar de muchos encuentros.
e.
Nena, que letras! Vos si que no sos para nada jíbara en tus trazos, en esta cocina la escritura rica abunda. Besos y felicidades, gracias por tus palabras siempre.
Cierto que este blog es muy interesante. Ea, lo puse en mi blog en la referencia de "Lugares y encrucijadas" junto a amigos y autores de interés.
Me divierte y a la vez me estruja el coco este espacio. Y alimenta, porque es cocina de calidad.
De R2D2, de Star Wars, tengo muy gratos recuerdos. Algunos un poco lejanos. Pero otros más recientes con mis hijos. Son parte de la película de mi rutinaria vida doméstica, urbana y occidental. El enfoque que tu le das al relato es muy simpático y sugerente.
Y el final, lo preciso y misterioso que es un final poético. Y sin solución. Mejor dicho, hay una por lector. Y eso es un gran acierto, maga Morgana.
Un abrazo,
Viktor
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