viernes, agosto 19, 2011

Variaciones

Me quedé toda la noche mirando las fotos y así se hizo muy tarde para dormir.
La luz se fue a la hora de siempre y las fotos empezaban a anochecer. Los árboles se hacían fantasmas y no distinguía si bailaban las frutas o si ya habían caído rodando a cualquier lado.
La brisa de las fotos del Tigre empezó a asustarme un poco, ese miedo que se agazapa en la nuca igualito a un borde patinoso que se abre al vacío. Sabía que ya no había modo de dormir y me esperaban dos o tres horas hasta que algo parecido al amanecer me abrigara de un miedo absurdo que me dan las fotos, como si fuera posible que se animaran a ser algo más que el ayer amarrado.
Tomo un poco más de vino, miro las fotos con total desapego y puedo decir que son escenarios inmóviles y nada más. Una pileta casi vacía en un verano de tábanos, una abuela suave y fugaz, un sol que no cae, la mano que mueve la caña y sale triplicada y difusa.
Sin embargo algunas veces juro haber visto variaciones sutiles, alguna mosca flotando en el fondo sin espejo y el retoque de algún movimiento que ahora hace que la foto esté perfecta. Y cuando esto sucede no hay nadie para atestiguarlo.
Nadie puede decir si es cierto entonces. Nadie puede confirmar si bien entrada la noche es mi viejo el que me contempla en el parque ese domingo de otoño del 75 ó simplemente es un hombre que mira la nada, tal cual aparece en las fotos de siempre.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿y adónde habías ido tanto tiempo?

agosto 20, 2011  
Blogger cuti said...

así me gusta.

agosto 23, 2011  
Anonymous brasil said...

hola

agosto 30, 2011  
Anonymous Matías said...

Lamento haber llegado tan tarde a este blog, me hubiese enamorado de la que escribe. O tal vez no lo lamento nada y nunca es tarde para algunas cosas.

marzo 04, 2013  

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