Lavadísima
Con mi cara lavadísima de expresión
manipulo sin destreza un pollo crudo.
Aún conserva una pluma de rebeldía.
Entre sus costillas, el corazón en ziploc
junto con sus riñones y otras exquisiteces.
Con mi cara lavadísima de expresión
veo danzar moscas en trance,
limones pudriéndose de risa,
el ahogo de mis plantas ajenas,
un camino chino de hormigas infinitas.
Con mi cara lavadísima de expresión
descubro una mentira paralítica.
La cubro de gin y nada pasa.
Sólo el estallido del alcohol en las tripas
y mi ego retrayéndose en mi vientre.
Todo esto con mi cara lavadísima de expresión.
La última frase es puro afano y pura verdad.
Etiquetas: desde mi cocina
2 Comments:
El ego y el alma, entidades opuestas por definición, son retráctiles.
Qué buena frase. La tuya, no la mía.
Me gustó mucho este!
cocinera mandame data de lo de la aldea asi lo posteo
salutti
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