domingo, agosto 12, 2007

Continuidad

Con inquieta parsimonia la mujer desenrolla el dibujo inconcluso.
Inconcluso por tratarse de un dibujo sin fin por no poseer principio.
Dicho con justicia, Continuidad es la palabra que lo define.
Dibujo que se resiste a la horizontalidad,
dibujo que pasó décadas enroscado en sí mismo.
La mujer con lentitud temblorosa se arrulla con el ruido de la vejez de los trazos.

Se ve otra vez en un departamento con signos femeninos alrededor,
con aires que interpretan sueños,
con olivettis y grandes escritores rodeándolo todo.
Ve un perro con pretensiones de dulzura desde su nombre,
una niña con apodo onomatopéyico,
una cajita negra que si se esfuerza la encuentra y la pierde otra vez,
varios muchachos, varios niños, varios hermanos.
Un sólo y único amigo de corazón.
Ve claramente la consigna de ese juego continuo:
Dibujo hasta que pase un minuto y continuás vos donde yo quedé.
Mirando o sin mirar. Lo que se nos venga en gana.
Continuidad sin continuidad temática.
Sacarlo todo en grafito y siempre sin pensar.
Música de fondo: Led Zeppelin o Pink Floyd, igual que ahora.
Un carioca plástico, un toreo de imaginación.
Y así hasta que las ganas fuguen.

Sin nostalgia la mujer vuelve a ver al amigo,
el que despotrica sobre música,
el que la ve por primera vez alcoholizada en un viaje inevitable al sur,
el que se deja lavar la cabeza para oir los ratones estrellándose en su cráneo
(y esto último sin que ella nunca lo supiera).
La mujer mira por la ventana que se abrió del ayer.
Escucha los trenes que van Belgrano R.
Disfruta del perfume dulzón verde.
Se escucha en un pésimo inglés fonético cantando a dúo wish you where here.

Ahora la mujer va a la cocina, la inconclusa.
La tacita transparente y gorda le sirve para el último café de la noche.
El frío empieza a apretar en los pies.
Sobre la mesa de madera el dibujo empieza a cerrar las compuertas.
No recuerda certeramente qué líneas pertenecen a su minuto de acción.
Se empieza a borronear la caligrafía.
Ahora, el dibujo vuelve calmo a su estado natural,
tiende a la inercia del pergamino,
vuelve a enroscarse y con él toda la memoria.
La mujer de pie frente a la noche, enrolla el dibujo y lo guarda con la cajita negra perdida.
Sabe que con un mínimo esfuerzo lo volverá a encontrar, igual que a la cajita.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

continuidad, continuidad...

-Quizas, cuando esto acabe, si podriamos observar el principio del mundo y su conclusión, podriamos, entonces en ese momento, entender los porqués indescifrables, el caracter de continuidad y cómo funciona el mundo?
-No.

agosto 14, 2007  

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