jueves, febrero 28, 2008

Todos mis ojos

Hoy sin tristezas me acordé de él.

El Posadas fue un gigante hecho de laberintos.
Una noche por fin me pude memorizar su inmensidad.
Caminé sobre el hielo y la ausencia de sus pasillos oscuros.
Ya no recuerdo su cama ni el número del cuarto.
Ya no recuerdo las letras en aerosol de los ascensores que jamás usé.
No recuerdo hoy cómo llegué, pero llegué todas las noches.
Mi papá era el cuerpo de un hombre que jamás conocí
en la cama de una habitación que ya ni puedo recordar.
Siempre fuimos dos isleños sin canoas posibles.
En el Posadas me miró desde su naufragio sin palabras
y yo le llené los silencios de algodones con todos mis ojos.
Practicábamos por primera vez el ejercicio descomunal de la mirada.
Las únicas pausas en nuestros ojos eran los parpadeos de la luz
porque la luz en el Posadas parecía un mal presagio
y la muerte un chiste fácil mal contado a diario.
A los quince días mi viejo murió solo en esa cama
pero repleto de todos mis ojos.


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23 Comments:

Blogger Dante Bertini said...

liberados de tristezas, con un profundo dolor.
como recordamos las cosas que importan.
un abrazo sin ojos ni algodones.

febrero 28, 2008  
Blogger un viejo tanguero said...

Uno no puede impedir que se vayan.
Uno no puede impedir recordarlos con un dolor suave como la llovizna.

febrero 28, 2008  
Anonymous Anónimo said...

morgui
de un cruel existencialismo desde la primera linea, impresionante el lugar, la soledad, lo de islenios sin canoas posibles.
El relato es frio como debe ser la muerte en el Posadas, pero el algodon y el morirse con los ojos repletos de los tuyos una maravillosa y amorosa despedida.
El contraste .
Muy muy muy bueno Morgui y me quedo corta

febrero 29, 2008  
Blogger Asterion said...

Tan caprichoso y selectivo el recuerdo como el arte de la mirada

febrero 29, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Ya te respondi el email
besos

febrero 29, 2008  
Blogger Bombón Asesino said...

Que lindo irse repleto de ojos tuyos. Te miro con los míos y te abrazo con ellos. Besos

febrero 29, 2008  
Blogger ema déborah finzi said...

Uy o ay, no sé. Me conmovió hasta cimientos infinitos esto. Quizá porque llevo en mí la (última) mirada de mi propio padre que murió hace siete meses. Y esos cables, esos aparatos, esos tubos inmisericordiosos. In-miseri-cordes con el corazón precisamente. Y vuelvo a su mirada que después de la operación decía: "así no, así no..., no". Y al otro día decidió dejar de mirar...

marzo 01, 2008  
Blogger toto scurraby said...

bonito recuerdo
llega bien lejos
salutti

marzo 01, 2008  
Blogger capitanfla said...

Gracias por otro viaje más.

marzo 01, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Cuando en el dolor hay belleza, me conmueve. Realmente sublime el texto.

marzo 01, 2008  
Blogger el_iluso_careta said...

A VECES TRANSMITÍS DE UNA MANERA QUE LASTIMA...AVECES...TE ADMIRO...

marzo 01, 2008  
Blogger Humanoide said...

hay un punto en que sencillamente todo se deshace...

marzo 01, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Wow. Heavy Metal.
Pocas cosas me perturban más que los hospitales.
Al menos lo canalizaste en un escrito...

marzo 02, 2008  
Blogger Bombón Asesino said...

Lo lei de nuevo y no pude evitar rescatarte del comentario 13 que me molesta un poco que quede clavado ahí. Saludos y espero que estes bien.

marzo 04, 2008  
Blogger Anahí said...

todo poesía. mis felicitaciones y gracias por compartirlo.

marzo 04, 2008  
Blogger Martin said...

conozco ese hospital, y por motivos infinitamente más superficiales que los tuyos me parece un lugar muy triste.

leerte es movilizador. gracias

marzo 04, 2008  
Blogger Silencio said...

Sigo cambiando de blog. Pido disculpas. Pero sl suyo me gusta mucho. Y este texto es brillante.

marzo 05, 2008  
Blogger jqn valenzuela said...

triste y bello. eso de siempre isleños sin canoa, silencios de algodones llenos de ojos.
etc etc.

gustazo leerla

marzo 07, 2008  
Anonymous Anónimo said...

tu recuerdo, ahora, es mi recuerdo.

lo importante, en tu caso, balanceado de agridulce.

sabe bien: tu viejo y las miradas.

ah las miradas!

pero... torpe lo mío (por demasiada torpeza)... diría: imprudente fui...quién soy para comentarle a una consumada cocinadora la bondad de mezclar sabores?.

si vuelvo, vuelvo. abrazo.-

marzo 07, 2008  
Blogger meridiana said...

morgana, tu texto me ha conmovido profundamente.
quizás porque uno transitó esos pasillos, por esas miradas, por ese lenguaje de puro ojos que hay que rescatar contra todo.
imágenes bellísimas como el naufragio, las islas, los algodones.
pienso en aguas que se retiran, en silencios, en ese algo que se cuela por habitaciones y nos lleva a otra costa, a otra orilla.

un abrazo

Lilián

marzo 08, 2008  
Blogger capitanfla said...

Feliz día!!!

marzo 08, 2008  
Blogger meridiana said...

A veces, en esos últimos momentos de los seres queridos, nuestros ojos amorosos sostienen su dignidad, más allá del dolor y el deterioro de los cuerpos.
Un texto muy conmovedor.

Abrazo
Liliana.

marzo 08, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Me molesta un poco que me llamen coemntario 13.

marzo 11, 2008  

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