Martes, 3 PM

El viento me pone medusa mientras bajo una rampa hacia una ventanilla. Estar a la vuelta de Ingeniería me energiza. Intuir pensamientos parabólicos, integrales, rectilíneos y uniformes me pega fuerte. Tontamente me enamoro de la inteligencia ajena.
Me reflejo en los ventanales del edificio, fantasmita de humo blanco. En cámara lenta veo a las medusas que me acompañan sin gracia.
De ser otra, quisiera ser la del otro lado.
Los papeles van y vienen. Miro de reojo rápidamente todo el asunto y el reloj en la mano ajena. Subir la rampa me va a costar, yo sé lo que digo. La repto casi y se acalambra hasta el fantasma.
El viento me arremolina de nuevo, las mentes siguen sacando chispas en la facu y me miro por última vez en el ventanal.
De poder elegir, quisiera ser el otro lado.
Violo las reglas, cruzo sin mirar, me apuro y juego carreras. Un día me va a salir mal, pero hoy no. Sin embargo el apuro no me ayuda y ya se hizo demasiado tarde.
Encima, veo la pila vacía dibujada en el mp3. Será una vuelta larga y silenciosa.
Me parece que me voy a quedar dormida cuando Colón sea Alem.
Cómo quisiera ser otra.