martes, octubre 03, 2006

Intruso

El pulgar derecho recorría la aspereza del índice. Tironeaba la cinta blanca deshilachada que tapaba la carne al rojo vivo en su tercer falange. Al fin estaba a punto de expulsar al intruso. De forma traumática y sutil a la vez, día a día fui poniendo gota de arroz de ácido sobre el huésped. El ácido viajaba hacia el centro sin prisa y sin pausa. Sólo era cuestión de días nomás.
Mientras esto pasa, el índice disfrazado de momia ni sabe. Se moja en mi lengua, cuenta hojas y peajes, teclea la jota ahora mismo. Intentar ver la profundidad de la herida es tan apasionante como ver fotos viejas de gentes desconocidas. No sé bien por qué, pero así me pasa.

El cuerpo aloja extraños. El cuerpo, poca veces los expulsa.

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4 Comments:

Blogger Leandro said...

Bienvenida a este mundo irreal que se las apaña con fuerza para hacernos creer que existimos de verdad aquí, y que los demás existen también; bienvenida a esta iglesia de fantasmas, de ritos desesperados.

octubre 03, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Bueno como no tengo demasiada idea de toda la custion cibernetica, me quedo con lo escrito en el block sobre todo la de la casa, por identificacion y otras cuestiones.-
Besotes grandes
y ahora que hago pa que llegue???!!!

octubre 24, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Esa es Vale?? mi amiga Vale?? Cuantos recuerdos. Otro extraño que expulsó la carne.

noviembre 14, 2006  
Blogger Dani Caine said...

En mi dedo índice también se aloja un intruso!!! es el dedo vendado el que impulsa a escribirte este comentario... se identificó el pobre. Saludillos...

diciembre 02, 2008  

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